jueves, 16 de junio de 2011

Mudos


Me recetaron estas pastillitas verdes –agita el frasquito de pastillas con la mano derecha-, dijeron que me iban a hacer bien para mis nervios y ansiedad. Y la verdad, yo me siento mejor, más tranquilo, relajado, ahora puedo hablar con tranquilidad, los escalofríos se me fueron, aunque no pueden curar mi tic nervioso, maldito tic!. Cada unos pocos segundos la parte derecha de mi labio inferior se mueve hacia el costado, como si tuviera un hilo invisible que tensara desde abajo. Igual no quiere decir que no me deje contarles el por qué me las recetaron.
 Hubo una gota que rebalsó el vaso. El vaso era grande, nunca pensé que se iba a llenar. –Saca de su bolsillo un paquete de cigarrillos, prende uno y comienza a fumar-
Como todos los martes, volvía del conservatorio de música, caminando por las alumbradas calles del centro. Me acuerdo que era de noche y hacia algo frio. Yo estaba vestido con un tapado negro, de jean y unas zapatillas nuevas, tenía algo de frio pero no me importaba. Caminaba despacio, silenciosamente mientras miraba la ropa exhibida en las tiendas, algunas ya habían cerrado.
Había poca gente en la calle, chicas con tapados negros cubriendo un delantal de maestra jardinera, como si salieran de estudiar; señores de caras cansadas con mochilas como si salieran de trabajar y perros acurrucados durmiendo encima de cartones que los protege del frio piso. Me acuerdo de un perrito en particular, uno chiquito como cachorrito, de color negro, me enterneció, hasta sentí ganas de traérmelo. Pero aquel chico, ése si que no merece perdón de dios. Cuando justo yo estaba por pasar al lado del perrito, solo faltaban pocos metros nomás, un chico alto, que venía apresuradamente desde atrás me golpeo el hombro izquierdo con el suyo. Pero eso no fue  lo que me molestó, lo que me hizo odiarlo fue que, después de unos pocos metros, sin darse cuenta, le piso la colita al perrito que dormía tranquilo hecho una bolita. Éste hizo un movimiento brusco y gritó agudamente. El grito me puso muy nervioso, fue como si lo gritase al lado de mi odio, lo escuche tan claramente que me desespero. Al acercarme, me agacho, lo veo y lo acaricio, su pelo estaba suave y sedoso. Lo acaricie unos 4 veces creo. Mientras lo hacía, miraba al chico con impotencia como se iba apresurado y lo insultaba por dentro, sentí ganas de correrlo y golpearlo ferozmente, pero una voz interna me decía que me quede tranquilo, que no era tan grave.  Luego me paré y seguí caminando, iba hacia la parada de colectivos para venirme a casa.
A unas cuatro cuadras antes de llegar a la parada de colectivos, visualizo en una tienda de ropa, nueva aparentemente porque no tenía mucha ropa, un maniquí blanco muy raro, estaba desnudo, su cuerpo se veía tan real solo que era totalmente blanco, en un momento me pareció ver que su dedo, que apuntaba para abajo como señalando algo, se movió sigilosamente, fue en una centésima de segundo, prácticamente en un parpadeo. No prestándole mucha atención  seguí caminando, me pareció mejor no darle importancia porque  me asustan estas cosas.
Están arreglando las veredas, en algunos momentos solo entran dos personas, hubo un momento en donde casi una cuadra completa estuve caminando lento, muy lento, más lento de lo que camino normalmente, por culpa de una señora mayor que caminaba muy lento, desde atrás le veía un saco de piel muy largo, unas botas que arrastraba a cada paso que daba y un pelo rubio muy brillante, que parecía peluca. En cada mano llevaba una bolsa colorida como si se hubiera comprado ropa, mucho más de la que seguro ya tiene. Caminaba tan pachorrienta que ocupaba toda la vereda, no me dejaba pasar, me le acercaba por detrás esperando que se corriera dejándome pasar, pero no, no se corría, de la bronca que tenía me le acercaba más y más casi hasta respirarle en la nuca, sentí su perfume, dulce como un caramelo, tan dulce como caro. Casi, casi le gritó: ¡por favor, ¿me dejás pasar!. Si, casi le grito, porque hablar decentemente ya no podía, estaba nervioso y cuando me pongo nervioso se me traba la lengua y se me seca la boca. Esa maldita vieja ricachona se creía la dueña de la vereda. Cuando vi un espacio en donde podía caber, apretado pero al fin lograría pasar, me decido y paso al lado de élla con un movimiento exagerado empujándola un poco y seguí caminando ignorando lo que pensaba que me podía llegar a decir.
Una vez que llegué a la parada, observé y había mucha gente, más de lo habitual. Pasé por al lado de las personas que estaban esperando, no había ningún conocido, tampoco esperaba verlo, solo veía las caras porque me gusta imaginarme sus vidas, de donde vendrían, hacia donde van, esas cosas. Me acuerdo que el ultimo en esperar era un gordo alto, de pelo largo y barba larga también, vestido todo negro y con cara de que le gusta escuchar música metalera.
 Como sabía que el colectivo iba a tardar un montón, no me puse en la fila, opté por sentarme en el borde de la entrada de un local de cosas antiguas que ya estaba cerrado. La cerámica estaba fría y sin observar primero si estaba sucia me senté nomás, estaba oscuro,  no se veía bien, pero después corrobore con mi dedo índice  y no estaba muy sucia.
Al cabo de unos aburridos pocos minutos se acercan dos chicos y una chica, y se ponen en la fila. Un chico estaba vestido con una campera deportiva azul con líneas blancas en los costados, un jean unos tres talles más grandes  y una gorrita blanca, pese a que no había sol. El otro tenía el pelo cortito y para al costado, estilo Hitler, y estaba vestido con una camisa blanca, una corbata negra, un pantalón de vestir negro también y unos zapatos que brillaban como recién lustrados. La chica tenía un pantalón azul, la tela parecía suavecita y calentita, y un tapado de pana muy lindo. Calculo que tenían casi la misma edad los tres, alrededor de 20 años.
Al principio no me llamaron la atención, solo los miré por curiosidad, pero después me doy cuenta de que se hacían unas señas entre ellos y luego me miraban. Ahí fue cuando pensé “es mi tic que les llama la atención, de seguro me mirarán un rato, después se olvidarán y dejará de importarles”. Pasó un ratito, el tiempo que yo consideré necesario como para que me dejen de mirar, pero sus miradas seguían, y las misteriosas señas cada vez eran más. También gesticulaban y se reían.
En un momento los miré y esperé a que me miren nuevamente. Y cuando lo hicieron, yo no aparté la mirada, me quedé mirándolos fijo, así duró unos segundos hasta que creí ver a uno de ellos hacerme un gesto con la boca, como de desprecio. Eso me enojo un poco, bajé la mirada y respiré profundo. Estaba alterado, nervioso, me sentía menos. Contaba hasta diez para calmarme pero esos diez se iban muy rápido, contaba una y otra vez pero nada, también trataba de ignorarlos pero no podía, cuando miraba para otro lado sentía sus miradas, como un taladro en mi cabeza.
 Me fijé la hora en el celular, eran las 23:00 pm y el maldito colectivo no venía, nunca tardó tanto como aquel día. –emite una pequeña risa-. Hasta empecé a sacar conclusiones;  ¿me querrán robar?... ¿me conocerán de algún lado?... ¿estarán tramando hacerme algo?... Me toqué el pecho y sentí que mi corazón latía rápido, más de lo normal, me costaba respirar, lo hacía con dificultad, encima me empezó a doler la cabeza, sentía la cabeza caliente y me dolía justo arriba de los ojos, en la frente. Ellos seguían riendo y moviendo sus manos, y me miraban y me volvían a mirar. Mi paciencia se agotaba de apoco, mi voz interior me hablaba pero esto era más fuerte, ya no podía aguantar más y ahí fue cuando algo dentro de mi estalló. Me paré apresuradamente, muy agitado me acerqué a ellos, los miré con mucha rabia y les grité: “¡¡¡CALLENSE MUDOS!!!”


martim

lunes, 6 de junio de 2011

On a day like today

Como ya sabrán algunos y para los que no, les comento: soy fanático de una banda britanica llamada keane
y hoy me tomo el atrevimiento de dejarles un video de ellos. Escogí este video porque me llamo muchisimo
la atención el ambiente musical, la interpretación, la letra, sus ojos, si!, sus ojos!, los ojos de Tom Chaplin (cantante), sus pupilas se ven muy dilatadas, esos ojos parecen ver algo mas allá, no lo siento como si estuviese cantando en el escenario, pareciera que estuviese en otro lugar, no se en donde.

Cuando la música cruza una linea, ésa linea que pocos llegan a cruzar, que pocos lográn cruzar.


Disculpen la calidad del video que no es muy buena, pero se puede ver igual.

aqui está la letra en español:

Un día como hoy      (On a day like today)
 
En un día como hoy
te vi, y yo
Vi algo en la forma en que
Fijabas tu mirada en el cielo
te vi enferma y cansada
de mis mismas equivocaciones
Si solamente supieras la manera como me siento              Realmente adoraría decirte


Pero parece que nunca podría decir
las cosas que necesito
En un día como hoy
Ningunas otras palabras lo harían


Te vi enferma y cansada
de mis mismas equivocaciones
Si solamente supieras la manera como me siento
Realmente adoraría decirte

Pero nunca encuentro palabras para decir y yo no sé por que
No puedo encontrar las palabras para decirte y no sé por que

Bueno, creo que no tengo nada más que decir, espero que les guste!!








martim