martes, 31 de mayo de 2011

Fragmento de "El Banquete" de Platón.

-Se me ocurre que hasta ahora los hombres no se han dado cuenta en absoluto del poder de Eros, de conocerlo, le levantarían templos y grandiosos altares, y le ofrecerían grandes sacrificios, y nada de esto se hace, aunque sería muy beneficioso, ya que entre los dioses, es el amigo de loso hombres. Es su protector y su médico, y los cura de todos los males que se interponen entre los humanos y la felicidad absoluta. Voy a intentar dar a conocer el poder de Eros, y queda en sus manos transmitir a los demás lo que se vayan a aprender de mis palabras. Es preciso entonces comenzar diciendo cual es la naturaleza del hombre y que modificaciones ha ido sufriendo.
“En primer lugar, eran tres los sexos y no dos como ahora, el masculino y el femenino; un tercero era común a esos dos, y si bien perdura el nombre, el sexo en si ha desaparecido. Entonces, el andrógino era una sola cosa en cuanto a su forma y su nombre, que participaba tanto de lo masculino como de lo femenino, mientras ahora solo subsiste un hombre que ha caído en la ignominia. En segundo lugar,  la figura de cada hombre era por completo redonda, la espalda y los costado era en forma de circulo; tenía cuatro brazos, cuatro piernas y dos rostros  sobre un cuello redondo, idénticos en todo y una sola cabeza sobre esos dos rostros, orientados en direcciones opuestas, y también cuatro orejas, dos órganos sexuales, y así sucesivamente. Caminaba erecto en las dos direcciones que quisiera; y cada vez que se lanzaba a la carrera, de la misma forma que los saltimbanquis dan vueltas haciendo girar las piernas hasta alcanzar su posición vertical, avanzaba dando vueltas apoyados en los ocho miembros que tenía. Los tres sexos tenían estas características por la siguiente razón: el masculino no es un principio que desciende del sol; el femenino, de la tierra; y la luna produce el que participa de ambos, porque también es compuesto de los dos. Y eran esféricos ellos mismos, porque recibieron su forma y su manera de moverse de estos principios. Eran fuertes y vigorosos, y los animaba una gran arrogancia, a tal punto que atentaron contra los propios dioses. Concibieron la idea de escalar al cielo y combatir a los dioses, como dice Homero de Efialtes y de Oto. Entonces Zeus examino con los otros dioses lo que debía hacerse con ellos. El problema no era nada sencillo. Los dioses no querían matarlos ni extinguir su raza, como había pasado antes con los gigantes, a quienes había fulminado con sus rayos, porque entonces pondrían fin al culto y a los sacrificios que los hombres les ofrecían; por otro lado, no podía permitir semejante insolencia. Después de ondas cavilaciones, Zeus reflexiono de la siguiente manera: “creo haber encontrado la forma de conservar a los hombres y volverlos más dóciles, disminuyendo sus fuerzas. Los separare en dos así se volverán débiles y además aumentaremos el número de los que nos sirven; marcharan rectos, sosteniéndose en dos piernas, y si después de este continúan manteniendo su soberbia impía  y no quieren permanecer en reposo, los volveré a dividir y se verán obligados a andar en un solo pie, como los que bailan sobre odres en la fiesta de Caco.”
“Después de pronunciar estas palabras, Zeus hizo la separación tal como lo había resuelto y lo hizo de la misma forma en que se cortan los huevos para echarles sal. De inmediato ordeno a Apolo que les curase las heridas y colocase el rostro y el cuello del lado donde se había hecho la separación, con el fin del que al ver el efecto del castigo, se volviesen más modestos. Apolo puso el rostro del lado indicado, y juntando las tiras de piel sobre lo que nosotros llamamos vientre, lo cosió como si fuera una bolsa cerrada, y dejo en el centro una abertura, la que llamamos ombligo. El resto de los pliegues los alisó y conformo el pecho con un instrumento semejante al que usan los zapateros para suavizar la piel de los zapatos en la horma, y solo dejo algunas arrugas sobre el vientre y el ombligo, a modo de recordatorio del castigo. Una vez divididas, cada mitad buscaba desesperada a la otra mitad de la que había sido separada, y al encontrarse ambas, se abrazan y se unían, anhelando la antigua unidad con tal ímpetu que una vez abrazadas parecían de hambre e inmovilidad, ya que no querían hacer nada sin la otra. Cuando una de las dos mitades moría, la sobreviviente buscaba otra y volvía a unirse, ya fuese la mitad de una mujer entera o mitad de hombre, de forma tal que la raza iba extinguiéndose. Pero Zeus se compadeció y agrego otro recurso; puso adelante los órganos genitales, ya que al estar atrás se demarraba el semen por fuera, en tierra. Entonces la concepción paso a hacerse mediante la unión de lo masculino y lo femenino; si en el brazo se encuentra hombre con hombre, hay al menos saciedad, y después de descansar, pueden prestar atención a sus labores y se ocuparan de las demás cosas de la vida. De ahí proviene el amor que naturalmente nos profesamos unos a otros, ya que nos recuerda nuestra primitiva naturaleza y se esfuerza por reunir las dos mitades y restablecernos en nuestra antigua perfección. Cada uno de nosotros no es más que la mitad de un hombre, deparada del todo como se divide el lenguado en dos. La mitad busca siempre su mitad. Los hombres que provienen de esos seres que se llamaban andróginos aman a las mujeres, y la mayor parte de los adúlteros pertenecen a esta especie, así como también las mujeres que aman a los hombres y las adúlteras. A las mujeres que provienen  de la separación de las mujeres primitivas no les llama la atención el hombre y se inclinan hacia la mujer; a esta clase pertenecen las lesbianas. De igual modo, los hombres que provienen de la separación de los hombres primitivos se inclinan por el sexo masculino. Siendo jóvenes, aman a los hombres, se complacen durmiendo junto a ellos, estrechados en sus brazos. Son los mejores entre los adolescentes  y los adultos, ya que son de una naturaleza mucho más viril. Injustamente se les echa en cara que viven  con desvergüenza, pero en verdad, están dotados de un alma fuerte, valor y carácter viril, y por tanto buscan a sus semejantes. Y la prueba de ellos es que con el tiempo son de los mejores para los asuntos públicos. Cuando se hacen hombres aman a los muchachos, y no se preocupan por el matrimonio ni la procreación de los hijos por su natural interés sino obligados por la ley, ya que les alcanza con pasarse la vida juntos en celibato. Las personas de tal naturaleza se hacen amantes de los muchachos y amigos de sus amantes, ya que se inclinan por aquello que les resulta compatible. Cuando el que ama a los jóvenes o cualquier otro amante encuentra su mitad, el amor y la amistad los une de modo tan pleno que ya no quieren volver a separarse. Estos hombres, de pasar la vida juntos, no podrían decir lo que piden uno al otro, porque si encuentran tan hermoso vivir así, no se puede pensar que sea por el placer de la unión sexual. Es claro que el alma desea otra cosa superior, que no puede expresar, pero que adivina y da a entender. Y si estando acostados juntos se les presentara Hefesto con los instrumentos de su arte y les dijera: “hombres, ¿Qué es lo que quieren uno del otro?, y si al no saber ellos que contestar, continuase diciendo: “Lo que quieren ¿no es estar de tal manera unidos que ni de día ni de noche estén el uno sin el otro? S así lo desean, voy a fundirlos en una sola persona, de modo que mientras vivan lo hagan como una sola persona, y al morir, en la muerte misma sigan reunidos como uno solo. Consideren si es esto lo que quieren y si esto puede hacerles alcanzar la más completa felicidad”. Den por seguro que si Hefesto les dirigiera estas palabras, ninguno de ellos lo desmentiría, convencidos de que el dios expresaba en sus dichos lo que anida en el fondo de sus almas; es decir, el deseo de estar unido y confundido con el objeto amado hasta no ser más que un solo ser. La causa es que nuestra naturaleza primitiva era una y formábamos un todo completo, y el amos es el deseo de obtener ese antiguo estado. Primitivamente, he dicho éramos uno, en castigo por falta cometida nos separó Dios, como fueron separados los arcadios por los lacedemonios. Está vigente el temor de que si cometemos una segunda falta contra los dioses, seamos divididos nuevamente y vayamos de aquí para allá a la manera a la manera de los que están esculpidos de perfil en los bajos relieves, que tienen medio semblante o como dados cortados por la mitad. Es preciso que todos nos exhortemos a honrar a los dioses para evitar castigos y volver a nuestra unidad primitiva guiados por Eros. Que nadie se oponga a Eros, porque enfrentarlo es atraerse el odio de los demás dioses. Tratemos de ganarnos la benevolencia y el favor de Eros, y nos devolverá la mitad de nosotros mismos, felicidad que pocos alcanzan. Que Eriximaco no critique estas últimas palabras como si se refiriesen a Pausanias y a Agatón, porque quizás ellos integran ese pequeño grupo y ambos pertenecen a la naturaleza masculina. Estoy seguro de que todos hombres y mujeres, seremos felices si gracias a Eros encontramos cada uno nuestra mitad y volvemos a la unidad de nuestra naturaleza primitiva. Y si esto es lo mejor, en las actuales circunstancias lo mejor ha de ser lo que esté más cerca, esto es: encontrar un amado cuya naturaleza corresponda a nuestro carácter. Si queremos celebrar al dios que causa esto, celebremos entonces a Eros, que constituye nuestra principal ayuda, guiándonos a los que nos es afín, y proporcionándonos para el futuro la esperanza de que si cumplimos fielmente nuestros deberes para con los dioses, nos restablecerá nuestra antigua naturaleza y, curando nuestra debilidades, nos hará completamente felices. He aquí Eriximaco, mi discurso acerca de Eros. Es distinto del tuyo, pero te suplico que no te burles para que podamos oír los dos restantes, porque no han hablado todavía ni Agatón ni Sócrates.”





martim

jueves, 26 de mayo de 2011

La mujer que se maquillaba exageradamente

La mujer que se maquillaba exageradamente, un día salió a hacer unas compras. Ella casi nunca sale, no le gusta mostrarse en público. Esta vez decidió hacerlo porque no quedaba nada para cocinar. Si el lobo llegara a su casa y no tuviera, como siempre, su plato de comida servido en la mesa, se enfadaría mucho y podría llegar a comerla a élla.
Toma un poco de dinero, dos bolsas grandes e inmediatamente sale de la casa y caminando rápido con pasos cortos comienza su rumbo.
Cuando llega, ve que está cerrado y que en la persiana hay un cartel pegado que dice: “cerrado por duelo”. Después de leerlo, se fastidia un poco al darse cuenta de que va a tener que caminar hasta el próximo almacén que está a unas seis cuadras. Mascullando, con la cabeza agachada se dirige hacia el próximo almacén.
Al llegar, compra un variado de verduras, carne y algunos condimentos. Los coloca dentro de las bolsas, paga y se retira.
Caminando de vuelta a su casa, observa que una gota grande y cristalina cae en su brazo izquierdo, al sentirla, curiosamente se detiene y mira al cielo, está negro, como sacado de una película de terror. Ella no había advertido lo nublado que estaba. Con cara de asustada comienza a caminar desesperadamente. A los pocos segundos, comienza a caer una gota tras otra, hasta que se larga a llover completamente y se asusta más que antes. Las gotas que resbalan en su cara, le van sacando el maquillaje de apoco.
En una esquina, justo cuando iba a cruzar la calle, la detiene un hombre de unos llamativos ojos celestes, alto, morocho, con traje y con un paragua grande en la mano derecha, - disculpe señorita, sabe dónde queda la parada de autobuses? . Ella cansada de llevar las bolsas, se detiene, lo mira con timidez, y con su voz dulce y bajita le responde: - sí, tiene que caminar tres cuadras por esta calle, luego doble a la izquierda y a media cuadra, se va a encontrar con un cartel que dice “parada de autobuses”. El hombre escuchándola atentamente, se queda maravillado por la belleza de sus ojos, a lo que luego dice: - Muchas gracias! Es usted muy amable! Solo déjeme decirle una última cosa si no es mucha molestia.                                                                                             
- Dime.                                                                                                                                                                   -Es usted una hermosa mujer! Me he enamorado de sus ojos y su voz tan angelical. Sin intención de ofender déjeme que la invite a tomar un café.
Colorada como un tomate, al escucharlo, rápidamente aparta la mirada y le dice: - gracias!. E inmediatamente comienza a caminar, dejándolo al hombre solo. Este muy sorprendido y confundido la mira como se aleja apresuradamente y luego se pregunta para si mismo: “¿se habrá ofendido?”.
La mujer agitada y con respiración dificultosa se alivia al saber que faltan pocos metros para llegar. Todavía puedo sentir su vergüenza.
Se escuchan las gotas que caen en el asfalto, como una orquesta, mezclándose con ruidos de bocinas de los autos que pasan deprisa.
Cuando llega a su casa, saca de su bolsillo las llaves, la coloca en la cerradura de la puerta, pero antes de girarla, se queda pensante por unos segundos, luego mira hacia atrás, como si esperara ver a alguien, pero solo ve arboles mojados tambaleándose, el viento que hace volar a una bolsa por los cielos.
Una vez adentro, deja las bolsas arriba de la mesada, luego del armario de su cuarto saca una toalla. Mientras se seca camina hacia el baño, se mira en el espejo y observa que la lluvia le había sacado todo el maquillaje, pone cara de asombro y luego con una mirada bloqueada se queda pensando en aquel hombre.



martim

viernes, 20 de mayo de 2011

Opus 69 No. 2

Un chico bien vestido, sentado en el borde de la cama de su novia. Le habla con una voz suave y quebrada.
 Ella está sentada en una silla de madera, de espalda a él, a pocos centímetros, encorvada, mirando para abajo en el medio de su cuarto.
Hey,  te hablo despacio porque mi voz está lastimada.
Hey, veo que todavía tienes los peluches que te regalé.
Hey, te acuerdas tan patentemente como yo, cuando nos conocimos?
Tu silencio me hace pensar que no me estas escuchando.
Hey, me acuerdo la vez que me presentaste a tus padres, que nervios! por dios!
Hey, nuestra infancia, las cartas que nos mandábamos.
Hey, la vez que lloraste porque tu perro había muerto.
Cuantos recuerdos, perdón, hoy me puse nostálgico, pero si no quieres hablar está bien.
Hey, te acuerdas cuando nos emborrachamos en el boliche?
Hey, que rico huele tu habitación, supongo que habrás encendido las velas aromáticas que tanto te gustan
Hey, aquellas lluviosas noches de sábados que nos quedábamos viendo películas.
¿Te acuerdas? ¿Estás recordando conmigo o no me estás escuchando?
Hey, recuerdo los deliciosos canelones que hacia tu madre.
Hey, cuando estabas contenta porque habías aprobado el final de filosofía.
Hey, cuando fuimos de vacaciones a la playa.
Creo que no me estas escuchando, no dijiste ni una palabra.
Hey, o acaso ya te olvidaste la vez que salimos del cine, había una hermosa luna llena y llovía torrencialmente.
Hey, cuando te contagie mi gusto musical por Chopin.
Hey, cuando me quebré el pie y la primera persona en escribirme el yeso fuiste vos.
Por favor dime algo, necesito escuchar nuevamente tu voz, no me dejes hablando solo como un loco.

La chica de largo y sedoso cabello oscuro no emite palabra alguna, solo se escucha su  llanto y una lágrima cae en la foto que tiene en la mano.
 El chico parece no escuchar su llanto.





martim

domingo, 15 de mayo de 2011

Casualidad o Causalidad

Acciones repetidas, sin medidas
Me avergüenzan de mi cobardía,
En la nocturnidad me mira
Observada, le corroe divina intriga
o Huele mi perfume dulce.
Nuestras miradas chocan, deslizan y caen
En un colchón de vergüenza
Por tiempo indeterminado,
Bien vestida, dulce sonrisa
Mi mente olvida la soledad,
Olvida lo que piensa,
El tiempo se hace ceniza y
El cielo rojo, testigo del silencio
Se oscurece y muere al terminar el día.


martim

martes, 10 de mayo de 2011

Old Man

El viejo bonachón, que aparenta unos 60 años, está sentado en un roído sillón un poco rancio, vestido con un gastado joggin verde manzana, y una vieja camisa sucia en las mangas y en la parte del cuello. Con cara frustrante, cansado de cambiar con su control remoto la televisión en busca de algo que sea de su interés, hace una mueca con su boca simulando tener algo entre los dientes y luego emite un gran bostezo, deja el control remoto en el apoya brazos del sillón y con las dos manos se ayuda a levantarse lentamente. Una vez estando ya de pie, mira hacia su ventana, afuera es un hermoso día con un radiante sol y a lo lejos se puede escuchar a unos pajaritos cantar, él se queda unos segundos contemplando la vista, luego aparta su triste mirada y arrastrando sus pantuflas contra el piso camina encorvado dirigiéndose hacia el baño, paso a paso se acerca hacia la puerta, con un movimiento gira la manija y finalmente entra.
El solitario viejo de mirada triste y cara arrugada, se inclina un poco y levanta la fría tapa del inodoro, luego se sienta apaciguadamente, respira profundo, le sale una pequeña tos que cubre con su mano derecha y luego dice: “cuando sos feo es más difícil conseguir amigos”




martim

miércoles, 4 de mayo de 2011

El Amor Del Nerd

“Le tengo que decir algo, le tengo que decir algo, pero no sé que cosa”.
 Facundo se repetía así mismo, una y otra vez, caminando en su cuarto, en el altillo de la casa, de un lado para el otro, con cara de confundido, rascándose con su mano derecha la cabeza como si le picara; desde aquel día que vio  a una chica que  se había mudado al barrio, justo en frente de su casa; desde ese día  no puede dejar de pensar en élla.
-Ya se lo que voy a hacer, le voy a mandar una carta con una poesía, por supuesto no escrita por mí, ya que soy pésimo para escribir poesías, sino una que ya este escrita, voy a buscar en mi biblioteca, alguna de Bécquer o Pablo Neruda que son las que más me agradan y creo que también le van a agradar a ella.
Ya cansado de caminar por su cuarto, se sentó en su cama.
Facundo tiene 16 años, es un muchacho a los que se les dice “nerd” , nunca habla con las chicas, ni siquiera con sus compañeras del colegio, solo muy pocas veces para pedirle uno que algún otro útil que se haya olvidado, aunque rara vez sucedía; es un chico muy tímido, callado, reservado, bastante introvertido, tiene  en la escuela siempre muy buenas notas , nunca se llevó materias, no le gusta faltar a clases porque si no se demora con los estudios pero cuando lo hace se va hasta la casa de algún compañero a pedirle lo que hicieron ese día. Tampoco es de salir mucho con sus amigos, solo a veces se juntan en la casa de alguno a hacer la tarea, jugar videojuegos o ver películas de ciencia ficción, sus favoritas. De estatura  bajito, delgado, con el pelo corto, bien negro, usa anteojos porque tiene problemas en la vista, tiene aparatos en los dientes  y casi siempre usa remeras con el dibujo de algún personaje de anime, él es fanático del anime, tiene muchos posters en la pared de su cuarto, muñecos de distintos personajes de comics, el acolchado de su cama tiene personajes de la guerra de las galaxias.
Esta vez va a dar el paso que nunca se animó a dar en la escuela, por fin va a hablarle a una chica que parece simpática, y buena, aunque sin duda lo que lo atrajo fue el físico, le pareció bastante atractiva, tiene el pelo corto hasta  el cuello color castaño claro, casi rubio; una piel  como de porcelana, lindos rasgos, delicados; sus ojos son de color marroncitos claritos y tiene un lunar debajo de su ojo derecho; es  delgada, por lo que se nota que no tiene una figura voluptuosa . Facundo la vio aquel día con unas zapatillas negras, un jean y una remera de una banda de música que él desconocía, se quedó muy impactado al verla ayudando a cargar cosas de la mudanza, desde la camioneta a su casa, hasta le dio ganas de ir a ayudarla.
-Ya está! Al fin termine de escribir la carta, al principio le escribí: “Para mi nueva y hermosa vecina”, abajo un poema de Pablo Neruda que saque de un librito de la biblioteca y al final de la carta le escribí: “besos y abrazo, te ama tu vecino”, así nomas por ahora, si dar ni ningún nombre por ahora, pienso que le va a gustar, a todas las chicas les gusta la poesía y las cartas de amor.
Como él es muy timido y vergonzoso jamas se animaría a darlsela  personalmente, entonces decidio ir por la noche, cuando todos estén durmiendo, a su casa y meter la carta por debajo de la puerta que da a la vereda , asi nadie podrá verlo.
Esa misma noche se fue muy nerviosos, pero al mismo tiempo seguro de lo que hacía, dejo la carta y volvió rápidamente a su alcoba un tanto agitado, nervioso, eufórico y conmocionado; después apago la computadora, se puso una ropa mucho más cómoda para dormir, se saco los anteojos y se acostó en su cama y luego de unos pocos minutos se durmió.
A la mañana siguiente se despierta y lo primero que hace al levantarse es dirigirse a su ventana, levantar la persiana para ver si estaba la chica, pero al ver que no hay nadie, se aleja de la ventana, agarra sus anteojos y baja por las escaleras hacia el baño, se lava la cara, los dientes, se peina un poco y después va a la cocina a prepararse como todas las mañanas su desayuno proteico que consiste en un tazón grande de cereal con leche. Esta solo en la casa, no tiene hermanos, su padre falleció cuando era más chico, así que vive solo con la madre que casi nunca está en la casa, se la pasa todo el día trabajando, vuelve a la noche, muy agotada, cocina algo rápido, comen los dos juntos y después se va a bañar porque al otro día se tiene que levantar temprano para ir nuevamente a trabajar, salvo que sea domingo.
Termino su tazón de cereales, se levanta, lo lava y lo guarda en su lugar, luego va a la pieza, prende la computadora, después se acerca a la ventana con la esperanza de ver a la chica, y la observa a ella hablando con dos amigos, se la ve muy sonriente conversando, después sus amigos la saludan,  se van y ella entra a su casa. Cuando Facundo la vio se le erizaron los pelos, le agarro un hormigueo por todo el cuerpo y se puso a un costado para que no lo vieran.
Mientras está sentado a la computadora jugando online con alguno de sus amigos, se pregunta: - ¿le habrá gustado el poema que le mande?, supongo que lo habrá leído, hoy le voy a mandar otro pero esta vez acompañado de una rosa  roja, las rosas creo que son perfectas para demostrar amor, este amor que siento profundamente hacia ella.
Así que abandono su juego online, tomo  un poco de dinero de sus ahorros, salió de su casa y se fue a la primera florería que encontró, compro una rosa, la más linda y roja,  perfumada como había pensado él, volvió a su casa y la puso en un pequeño jarroncito con agua para que a la noche se conserve tal cual está, después se puso a elegir otro poema más para escribirle en la carta.
Ya de noche, la mama de Facundo regresa del trabajo con cara de cansada y trayendo unas milanesas que compro en el camino, lo saluda a Facundo, se lava las  manos y comienza a cocinarlas, mientras que él la ayuda un poco en la cocina y hace una ensalada mediterránea para acompañarlas, cuando termina  pone la mesa. Después de comer se levantan, Facundo se pone a lavar los platos y ordena un poco la cocina mientras que la mama se va a bañar para luego irse a dormir. Una vez terminada la tarea de Facundo, se dirige a su habitación entusiasmado por mandarle la carta a su amada junto con la rosa que compro, sube las escaleras observa intacta a la rosa y a la carta en el mismo lugar donde la había dejado. Le suena el celular, es un mensaje de texto,  lo lee, es su mejor amigo que le pregunta como está y que está haciendo. Duda un poco en contarle acerca de su enamoramiento así que al final decide no contárselo, piensa que es mucho mejor decírselo a futuro cuando lo vean de novio con élla así se sorprenderán, así que solamente contesta con un: “estoy bien, muy ocupado en este momento con algunos asuntos que surgieron, después hablamos”, nunca antes le había respondido a un amigo un mensaje de tal manera.
-La  noche esta calmada, mi mama ya se fue a dormir, la carta ya está preparada y lista para viajar, mucho más bonita que la anterior. Se dijo casi preparado para salir, la carta esta vez  en una hoja  tiene imágenes de corazones de todos los tamaños, algunas mariposas y algunos animalitos que había recortado de unas revistas que encontró. En otra hoja le escribió otro poema más de Pablo Neruda titulado “la reina” y en la tercera y última hoja le escribió: “besos, muchos besos y abrazos para ti, mi amada, esta rosa que te envió demuestra lo que siento por ti, un amor profundo, desde lo más adentro de mi corazón. Te veo mañana, mañana venceré mi cobardía e iré a tu casa a declararte personalmente mi amor”.  Era de verdad, lo que había escrito, se decidió por fin ir a conocerla personalmente y más que eso también a declararle su amor; pero ahora tiene una misión, enviarle ir la carta, entonces muy nervioso  tomo  la carta y la rosa, apago la luz de su cuarto, bajo por las escaleras sin hacer ruido, abrió la puerta con mucho cuidado, salió de la casa, cruzo al frente cuidadosamente para que nadie lo vea, y con cuidado pasa la carta por debajo de la puerta, después la rosa, cuando termina vuelve a su casa sigilosamente, llega a su cuarto, se sienta en la cama ya más tranquilo y relajado, apaga la computadora, va al baño a bañarse cuando termina se cepilla los dientes, en su cuarto se pone su piyama, se saca los anteojos y se acuesta a dormir.
Muy temprano, en la mañana, se despierta la mama de Facundo para ir a trabajar, primero se da una ducha, cuando termina se arregla un poco mientras que pone la pava para tomarse algunos mates con galletitas antes de irse, después va hasta la pieza de Facundo que está  profundamente dormido, se acerca a él de manera silenciosa, lo besa en la frente con cuidado para no despertarlo, sale del cuarto, apenas apoya la puerta, va hacia el baño a hacerse sus últimos retoques de maquillaje y se va a trabajar.
A eso de las 10:00 a.m. Facundo se despierta contento, su sonrisa lo hace notar, se levanta, se pone sus anteojos, va hacia al baño a cepillarse los dientes, se lava la cara, cuando termina va a la cocina y se prepara el desayuno, prende la televisión, pone el canal de las noticias aunque nunca le da mucha importancia. Termina de desayunar, lava su tazón, después decide irse a bañar, es claro que piensa en verse bonito para su gran ocasión del día de hoy, cuando termina se perfuma mucho, se pone un jean con una camisa que la usa solo en ocasiones especiales, se peina, se pone gel, se saca sus anteojos y se los pone a limpiar hasta dejar el vidrio impecable , ya está preparado, pero decide que aún es muy temprano todavía para ir hacia la casa, como le agarro hambre decide ir después de comer, entonces  abre la heladera, saca unas milanesas fritas que habían quedado de ayer , un tomate, y una mayonesa, se hace un sándwich con pan lactal; come con ansias y rápido, se lo ve bastante nervioso, ahora tiene  sed, saca gaseosa de la heladera y se sirve un vaso,  mientras come se da cuenta de que se puede manchar su pantalón, abre un cajón ubicado debajo la mesada, saca una servilleta y se la coloca en el regazo ; sigue comiendo de a mordiscones mientras cambia de canal en la televisión, pone su canal favorito, donde pasan anime todo el día, ahora se siente un poco más tranquilo y relajado, ya termino de comer, limpia un poco con la servilleta la mesa y la mesada, guarda las cosas en su lugar, se lava las manos y sube a su cuarto.
-Hoy es mi día, la voy a conocer en persona y le voy a declarar mi amor a la chica que logró  cautivar mi corazón, pasaron creo que 6 días ya cuando la vi desde mi ventana, su carita tan angelical, su hermoso, casi rubio cabello, su simpleza a la hora de vestirse, y aunque todavía no logre escuchar su voz, me imagino que es tan dulce como debe ser ella. Bueno, no voy a dar más vueltas y voy a ir a su casa.
Bajo de la escalera, se va al baño a darse su última dosis de perfume, que ya era demasiado, se mira el espejo y sale de su casa, mientras lo hacía ensayaba para sí mismo como se iba a presentar frente a ella, “hola, ¿cómo estás?; “hola soy yo, el chico que te envía las cartas”; “hola estoy aquí, como te lo había prometido en la carta”.
Ahora se lo nota muy nervioso e indeciso, pero con confianza, no creo que sea capaz de darse la vuelta y volver hacia su casa.
Llega a la calle, hay poca gente, es un barrio bastante tranquilo, observa a su alrededor, cruza, se para al frente de la puerta, la mira, es una puerta grande con una falsa manija en el medio, ve que al lado hay un timbre, respira muy profundo, mira al cielo y luego aprieta el botón, su corazón empieza a palpitar más rápido, sigue respirando profundamente, espera unos cinco segundos y luego lo aprieta otra vez, pero esta vez lo hace de dos veces seguida de forma cortada, le cae una gota de sudor de la frente, le tiemblan las piernas y desde adentro se escuchan unos pasos dirigiéndose a la puerta, se escucha la manija desde el otro lado moviéndose, se abre la puerta lentamente, se observa oscuridad adentro y sale un chico muy parecido a su enamorada, lo mira seriamente, con cara de dormido y con una voz muy ronca, como si tuviera las cuerdas vocales lastimadas a causa de tanto cigarrillo, le dice: -hola, ¿necesitas algo?.



martim