domingo, 3 de abril de 2011

La condena del amor

Con lazos te posee, sin poder escapar.
Nadie escapa, pocos son los que lo pueden controlar.
Escudo de hierro en tu corazón crees que necesitarás.
Tu alma envenenada, ya esclava, no te deja ni siquiera pensar.
Preso en ese mundo de fantasía.
Con el corazón enfermo y anestesiado.
Alucinas bienestares paradisiacos, que terminarán
Trágicamente como una novela ya escrita por algún desafortunado.
La muerte, extorsionadora de los buenos espíritus.
Ansia desesperadamente inocencias.
Se alimenta de lágrimas negras, sangre y almas purificadas.
Sin saberlo al final del camino te la encontrarás.
Pidiendo perdón en el camino de lechos vas a estar.
Lamentable situación, en la que no hay vuelta atrás.
Por más que intentes remediarlo, escapar, engañar,
Los ensueños imaginados eran su artimaña para poderte atrapar.
La tragedia gana en el juego del amor.
Es la que conoces los trucos, la que no siente compasión.
Por cierto, ¿hay alguna otra cosa más poderosa que el amor?
Risas macabras vomita con sudor.
La tragedia oculta detrás de árboles, espera el momento adecuado,
Para en su rito desangrar tu corazón cual anteriormente estuvo hechizado.

La historia llega a su fin una vez más.
Transcurre en la vida como  todos los días.
La vida precede al encuentro,
El encuentro precede al amor,
El amor precede al conocimiento
Y el conocimiento precede a su más temido horror.


martim

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