martes, 5 de abril de 2011

Oso blanco

En una fría mañana, muy lluviosa y con muchos truenos,
Estaba durmiendo cómodamente, cuando de repente,
Unos tremendos golpes hacia la puerta de entrada me despertaron
Asustado abrí bien grande mis ojos, y de un salto me levanté de la cama.
Era raro, en la casa estaba solo y no esperaba a nadie ese día.
Mientras me ponía el pantalón, los golpes no paraban de sonar.
Eran tan fuertes que hacían vibrar los vidrios.
Desesperado pegué un grito: “Ahora voy”
Después de ponerme  los pantalones fui a averiguar quien era.
Me acerqué a la puerta, miré por el agujerito
Pero no logré ver a nadie.
Aunque los fuertes golpes se seguían escuchando uno tras otro.
Pregunté ¿quién es?, pero nadie contesto.
Por un momento dude en abrirla, el miedo me acobardo un poco.
Hasta que me decidí firmemente a hacerlo.
Tome la llave que estaba colgada en la puerta
Y la coloqué en la cerradura.
Giré la llave, abrí la puerta con lentitud.
Y observé  a un oso blanco, era como de mi tamaño,
Parado del otro lado de la puerta, con frio y todo mojado.
Pude observar  lágrimas en sus ojos, definitivamente estaba triste.
Al verlo me sorprendí, me quedé  shockeado por unos segundos,
Luego mi miedo desapareció un poco, nos miramos a los ojos
y me doy cuenta  que al verme se sentia un poco avergonzado.
Entonces abrí más la puerta y con mi mano derecha le hice una seña
Como diciéndole que entre, ya que no me dejo decir palabra alguna.
El oso vio la señal y con muchas ansias entró a la casa,
Yo cerré la puerta y fui directo a buscar una manta para que se secara.
Después de que se la di, fui a prepararle una chocolatada caliente.
Lo invite a sentarse a la mesa.
Los dos nos sentamos a tomar chocolatada.
Hasta que lo mire a los ojos y le pregunté: - ¿Qué te pasó?
El me miró y dijo con una voz quebrada:
- me escapé del zoológico, los humanos me tenian atrapado.


martim

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